Ciertamente no podemos preguntar a los animales si sueñan, pero al menos podemos observar las evidencias que demuestran que quizá lo hagan.

Muchas veces pensamos que nuestro perro está soñando porque cuando duerme suele temblar, hacer espasmos con las patas, gruñir e incluso morder. A nivel estructural, el cerebro de un perro es similar al del humano. Los investigadores han utilizado en los perros un electroencefalograma (EEG) para probar su actividad cerebral. Tras varias pruebas han encontrado que los perros, durante el sueño, tienen ondas cerebrales similares a las de una persona y pasan por las mismas etapas de actividad eléctrica que ha sido observada en los seres humanos.

De acuerdo a investigaciones científicas existe evidencia de que los perros sueñan con actividades que son comunes para ellos. Ya que ningún perro ha dicho nunca a nadie sobre el sueño que ha tenido, sólo podemos adivinar. Es probable que los perros sueñen de manera similar a los seres humanos, repitiendo las actividades cotidianas que conforman su existencia, como perseguir, jugar y comer. Por ejemplo, quizás cuando el perro ladra o gruñe, probablemente significa que él está reviviendo un recuerdo de una situación que le llevó a ladrar o gruñir en la vida real.

No todos los perros sueñan igualmente. Según los científicos, los perros pequeños sueñan más que los perros grandes. Un caniche Toy puede soñar una vez cada diez minutos, mientras que un Golden Retriever sólo puede soñar una vez cada 90 minutos. El sueño también parece ocurrir con más frecuencia en los cachorros. Esto puede deberse a que a esa edad están procesando la adquisición de grandes cantidades de nuevas experiencias.

Los expertos recomiendan, al igual que sucede con los humanos, no despertar a los perros mientras están en la fase REM del sueño, aquella en la que hacen soniditos y se mueven, ya que podrían tener palpitaciones y asustarse mucho al tener un despertar tan brusco desde el sueño más profundo.