Los problemas de comportamiento más comunes y graves de los perros están relacionados con la agresión. La agresividad canina incluye cualquier comportamiento asociado a una amenaza o un ataque (por ejemplo, gruñir, morder). Estos comportamientos siempre se dan por alguna razón como dominancia, miedo, defensa del territorio, dolor, frustración, el juego y más.
Para poder tratar con un perro que se muestra agresivo o reactivo, es necesario saber cuál es la causa. Si se trata la raíz de sus problemas, estos desaparecerán. Así que si tu perro es agresivo, el primer paso es la observación: cuándo reacciona, ante qué y qué gestos y postura corporal tiene para poder saber en qué está pensando. A continuación te contamos las causas más comunes por las que un perro puede ser agresivo:
Problemas de salud
Los perros que no se encuentren 100% sanos pueden desarrollar conductas agresivas graves y es que es normal que un perro debilitado, con problemas de piel o con dolores intente aliviar sus síntomas. El perro puede no reconocer que los síntomas derivan de su propia condición física lo que le anima a tener un clima hostil con quienes le rodean o aparecen en situaciones determinadas.
Desarrollar una fractura u otra enfermedad le hace intolerante y le genera malestar por lo que nuestra prioridad será acudir a un veterinario para que trate la enfermedad o patología que sufre.
Falta de socialización – Miedo al entorno, personas y mascotas
Cuando el cachorro se encuentra entre las 3 y 12 semanas de edad debe ser socializado adecuadamente. Este proceso implica conocer a perros, personas y objetos de todo tipo, en la variedad y la positividad está el éxito de un perro adulto sano mentalmente. Un perro que no ha paseado, no ha conocido a personas o perros siente incertidumbre, miedo y una falta de protección generalizada que deriva en altos niveles de estrés. Para intentar evitar estos efectos debemos asegurarnos de cumplir al 100% las libertades del bienestar animal.
La agresividad es un sistema que utilizan para afrontar situaciones difíciles, no se trata de un perro dominante ni territorial, simplemente actúa de esta manera porque no sabe qué debe hacer. Esto sucede comúnmente con los cachorros que son separados prematuramente de su madre y hermanos, perros abandonados, maltratados o que hayan sufrido un cambio drástico de familia o entorno.
Mala comunicación
Es una de las causas de la agresividad más comunes. Sucede cuando el perro no se le educa de forma adecuada, en ocasiones imponiendo castigos desmesurados, excesivos o se utiliza la fuerza y el castigo. En estos casos el perro no entiende por qué le tratamos de esta forma y actúa en consecuencia comportándose de una forma racional para él pero negativa para nosotros. Como el perro se ha educado mediante la agresividad, la utiliza de igual modo para hacerse entender.
Que el perro desarrolle agresividad en el momento de intentar comunicarnos con él es señal de que la comunicación entre persona y perro no funciona bien. Además es un comportamiento grave que puede perjudicar nuestra seguridad o la suya en infinidad de ocasiones. Para tratar esto lo mejor es acudir a un profesional en el tema, en este caso un etólogo.
Reproducción
Durante las épocas de celo los perros cambian su comportamiento, tanto machos como hembras. Cuando entran en esta temporada pueden volverse agresivos o territoriales. Los machos se pelean por las hembras y viceversa, las hembras son perseguidas y acosadas por manadas de machos cuando están en celo lo que provoca diferentes ataques.
También si una hembra acaba de ser madre puede desarrollar la agresividad maternal, impidiendo que las personas se acerquen a sus pequeños recién nacidos. Es una conducta normal e instintiva como una forma de protección de los cachorros. Lo mejor para evitar ambas conductas agresivas es la esterilización.
Luego de descartar con una visita al veterinario que la agresividad que esté desarrollando el perro sea un problema de salud, el paso a seguir es contactar a un educador canino o etólogo. La agresividad es un problema que solo empeora con el tiempo, por eso la importancia de detectar estos comportamientos a tiempo, un buen educador canino te escuchará a ti y al perro, y después de conocer la causa de sus molestias decidirá un tratamiento personalizado para el caso.
Elige un educador que los trate con respeto y que no le haga daño a tu mascota. Rechaza a las personas que empleen collares de chuzos, eléctricos o la teoría de la dominancia con tu perro: estos métodos solo esconden los motivos de la agresividad y agravan el problema. La agresividad, afortunadamente, es un problema que normalmente tiene solución, pero lastimosamente es una de las causas de mayor abandono y sacrificio.
