El catnip es una planta de la familia de la menta que, como ella, segrega un aceite mentolado llamado nepetalactona. Aproximadamente la mitad de los gatos hereda una gran sensibilidad a la hierba, pero tú no sabrás si tu gatito es uno de ellos hasta que no tenga entre 3 y 6 meses.
Cuando un gato se encuentra con catnip, por lo general lo huele, se frota contra él, lo lame y finalmente se lo come.
La experiencia más fuerte de los gatos con el catnip (Nepeta cataria) es a través del olfato: el felino huele la hierba y enloquece de pronto porque libera miles de potentes moléculas de nepetalactona que entran en el hocico de los mininos. Esta molécula se une a las células encargadas de estimular las neuronas sensitivas del gato, lo pone feliz.
El efecto del catnip dura entre 5 y 20 minutos, tiempo en que el gato comenzará a dar vueltas por el suelo, jugará con lo que haya en su alrededor, o bien se quedará muy tranquilo y se relajará. A las dos horas, el felino podrá caer de nuevo bajo los mismos efectos, que algunos científicos comparan con la marihuana, el LSD o la morfina.
Además de generar una sensación de relajación y bienestar, el catnip puede favorecer las relaciones entre el felino y sus pares y con seres humanos.
El catnip está disponible en el mercado de diferentes formas: plantas naturales, plantas secas, hojas y ramas secas, spray para ambiente, casa y camas, jaulas y dentro de juguetes.
Cuando el comportamiento de los gatos se hace difícil de soportar, o cuando estas mascotas están pasando por un periodo de estrés, una buena alternativa es utilizar catnip, una hierba que puede ayudar a relajar al felino y hacerlo más dócil.
El uso de hierba gatera sigue el principio de la moderación. Por eso, hay que tomar algunas precauciones cuando el efecto de la planta es demasiado intenso en el amigo de cuatro patas. Y es que un gato descontrolado por la influencia de la nepetalactona corre peligro, en especial si hay ventanas a la calle no vigiladas o cubiertas y cuando se cuenta con una terraza en el hogar. Además, los influjos de la hierba gatera pueden ser muy excitantes para el animal y, aunque no es frecuente, algunos felinos pueden desbocarse en exceso o mostrar comportamientos agresivos poco recomendables.
Las precauciones, además, deben duplicarse cuando en el domicilio, hay bebés o niños de corta edad que conviven con el gato con el objeto de evitar accidentes. La moderación es, por tanto, la clave para que el peludo amigo disfrute, sin peligro, de la hierba gatera que tanto le gusta.