Sabemos que algunos animales poseen una inteligencia envidiable y que son capaces de desarrollar habilidades que el ser humano no puede. Los perros, por ejemplo, cuentan con un olfato y un sentido del oído que les permite percibir cosas en el medio ambiente que a veces no detectamos, lo que les da una especie de talento para predecir las cosas que están por suceder.
Los caninos, debido a que tienen muy desarrollados estos sentidos, son capaces de detectar enfermedades o predecir circunstancias de salud en los humanos. A continuación te mostramos un listado de todas aquellas cosas que pueden percibir en nosotros.
Soledad: Los perros pueden percibir cuando las personas se sienten solas. Es muy probable que un can cuando perciba a su dueño con ese estado de ánimo, trate de animarlo a salir o se acurruque debajo de sus pies esperando un cariño, un mimo o un mínimo de atención. En ese sentido, los pequeños peludos pueden ser grandes compañeros para levantar el ánimo. Por eso suelen ser muy recomendados como animales de asistencia emocional y como compañía para adultos mayores o niños.
Ansiedad y estrés: Un perro puede percibir muy bien cuando su propietario está ansioso y hasta puede acoplarse a ese estado de ánimo. Probablemente el can ladre o se sienta inquieto. Quizás pida salir a la calle o al patio, corra dentro del piso u arañe algunos muebles. En esos casos, lo mejor es que dueño y can salgan de paseo y se distraigan un rato. De lo contrario, la convivencia puede llegar a ser algo dificultosa.
Enfermedades: Son varios los estudios que han demostrado que los perros pueden percibir ciertas enfermedades que incluyen hasta cáncer, ataques epilépticos, diabetes y hasta embarazos. Entre canes y propietarios puede existir una conexión muy fuerte, por eso, que no extrañe que esos pequeños puedan alertar sobre algún problema o cambio en la salud, tanto física como emocional.
Cansancio: Hoy en día llegar a casa cansado o sin ganas de nada no es una sorpresa. Sin embargo, esa situación de fatiga que tu perro percibirá apenas atraviese la puerta de tu hogar, será una dificultad para él. Recordemos que este tipo de mascotas necesitan la atención de sus propietarios. Por lo tanto, si su dueño no puede saciar esa ansiedad y, sobre todo, si el animal no ha cumplido con sus rutinas de ejercicio o paseo, la situación puede desembocar en una serie de problemas de comportamiento. En ese sentido, lo mejor es relajarse, sentarse en un sillón y, si tienes espacio en casa, tomar uno de sus juguetes y tirárselo para que te lo traiga.
